“Ética empresarial es el conjunto de valores, normas y principios reflejados en la cultura de la empresa que busca alcanzar una mayor y mejor relación con la sociedad adaptándose a todos los entornos en condiciones de respeto por los derechos y los valores que dicha sociedad comparte”.
Debemos ser responsables, respetuosos y dispuestos con las personas con quienes nos relacionamos, pues la ética es tan importante en el ambiente de trabajo como en nuestro día a día.
Se desarrollan entonces una serie de códigos que buscan combatir la corrupción, el hostigamiento laboral, el hostigamiento sexual, la difamación, los anuncios engañosos y la intolerancia hacia la discriminación por raza, color, religión, sexo, edad ó impedimento físico, generando a su vez una mayor responsabilidad hacia el medio ambiente.
El valor ético conjuntamente con el valor psicológico, son una influencia decisiva para la generación del valor económico de una empresa. Estos son los tres valores de la Empresa como tal.
La ética, es un signo exclusivamente empresarial, que se relaciona con el fin último de toda empresa, “el de servir a la sociedad” donde se inserta, ligada estrechamente a la obtención y generación de más valor para las empresas mismas.
En consecuencia, el objetivo de los gerentes de que sus empresas sean más valiosas, se supedita a una actitud y a un comportamiento de todos sus dirigentes. En suma, el actuar éticamente no obedece a un puritanismo de los nuevos dirigentes, sino que a una necesidad para la obtención de mayor valor para sus empresas.
Este valor se traduce en mayor competitividad, mayor productividad, mejor atención de clientes y proveedores y consecuentemente, posicionamiento, que implica ganar una mayor participación de mercado.
De ahí que el actuar éticamente sea una necesidad, no porque se prescriba en textos místicos, sino porque con ello estamos preparados para alcanzar éxitos financieros que conducen al crecimiento y desarrollo permanente de las empresas.
Ya en estos tiempos, nadie puede negar la importancia de la inteligencia emocional para la toma de decisiones en las empresas; que el cliente es cada día más y más exigente y más difícil de engañar; que el mundo entero se ha reducido por efecto del inmenso desarrollo de las telecomunicaciones y que el temor a una demanda por efecto de un error que afecte a terceros, es ahora muy latente en todos.
Es por eso que la ética empresarial está teniendo, hoy más que nunca, una presencia determinante en la dinámica de las empresas modernas.